Hace años que escuchamos hablar de la traducción automática, que la usamos y que nos reímos de sus desaciertos. Como traductores, muchas veces escuchamos que no vamos a tener trabajo en el futuro porque Google Translate nos va a reemplazar. Pero, ¿qué es la traducción automática?
La traducción automática comenzó en 1949 y prometía reemplazar a los traductores en los siguientes 10 años. Si bien todavía no reemplazó a los traductores, la calidad de la traducción automática es cada vez mejor.
De acuerdo con TAUS, la traducción automática es, simplemente, la traducción de un texto realizada por un software de computadora. Mediante este proceso, se ingresa un texto fuente en un idioma natural a un software (Google Translate, Yandex, Microsoft) que lo procesa y entrega un texto meta traducido a otro idioma natural.
Si bien el proceso de traducción en sí es complejo, los tipos de traducción automática son tres: traducción automática basada en reglas, traducción automática estadística y traducción automática neuronal.
La traducción automática basada en reglas utiliza reglas ortográficas y gramaticales, así como diccionarios, y suele generar traducciones consistentes y precisas si se las entrena con diccionarios especializados. En este caso, el software analiza sintácticamente una oración e intenta recrearla en el idioma meta en función de las estructuras.
La traducción automática estadística, por su lado, trabaja con grandes corpus. No utiliza reglas para traducir, sino que “aprende” analizando grandes cantidades de datos. Las traducciones que genera son más naturales y fluidas, pero no así constantes. Este proceso trabaja con palabras y frases, y las sustituye por sus equivalentes en el idioma meta.
Por último, la traducción automática neuronal es un nuevo enfoque en el cual las máquinas “aprenden” utilizando una gran red neuronal y pueden “comprender” los idiomas con los que trabajan. Tiene en cuenta la oración completa como contexto, en lugar de palabras o frases. Este tipo de traducción automática es el más reciente y está ganando cada vez más terreno.
En todos los casos, es posible trabajar con motores de traducción automática públicos, como los que se pueden usar gratuitamente en la red, y privados, como los que requieren un registro e inicio de sesión. Los motores públicos no se recomiendan para traducir documentos con información personal o privada, ya que no garantizan la privacidad. Por otro lado, los motores privados sí suelen garantizar la privacidad de los datos. Es posible, también, desarrollar motores de traducción automática privados sin conexión a internet, lo que asegura completamente la privacidad de la información.
Hoy en día, la traducción automática se puede utilizar con diversos objetivos:
- Como traducción rápida a corto plazo, cuando es necesario acceder de inmediato a la información y, en ocasiones, mientras se espera la traducción de un profesional.
- Como traducción “suficientemente buena”, por ejemplo, cuando es necesario comprender una página web en otro idioma.
- Como borrador de traducción para la posedición de un traductor humano.
La posibilidad de usar la traducción automática para realizar posedición representa una nueva gama de posibilidades, y está cambiando el mundo de la traducción. Lejos de ser una amenaza para los traductores, implica nuevas oportunidades y desafíos que requieren estar al tanto de los cambios y dispuestos a evolucionar para trabajar con la traducción automática, no en su contra.
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