¿Te gustan los idiomas? ¿Hablás bien inglés? ¡Genial! Tenés todo para ser traductor… en potencia.

Para ser traductora, saber dos idiomas es el punto de partida. En esta publicación, compartimos seis “simples” pasos para convertirse en traductor.

Estudiar un idioma diferente a tu lengua materna

Si bien en la universidad se aprende sobre ese idioma, se considera que los estudiantes ya tienen cierto nivel de conocimiento. Por esto, la preparación para ser traductora comienza incluso antes de empezar la universidad. En muchos casos, empieza antes de siquiera saber que se quiere estudiar traducción.

Inscribirse en la universidad

Para poder traducir, existen métodos y recursos específicos que van más allá de saber un idioma. Por eso es necesario estudiar traducción. ¿Ya escuchaste hablar de modulación, por ejemplo? ¿Sabés qué es la teoría del Skopos? Para profundizar los conocimientos y aprender sobre traducción, hay que inscribirse en un terciario o una universidad. Se estudian la lengua materna y el otro idioma en profundidad, gramática, fonética, lingüística, técnicas de traducción y distintos tipos de traducción especializada, como traducción técnica, comercial o periodística. Las carreras de traducción requieren entre cuatro y cinco años de estudio.

Aprender sobre herramientas de traducción asistida

Después de terminar la universidad, es necesario aprender sobre el mundo de traducción real y las herramientas de traducción que se usan y que requiere el mercado. En ocasiones, se aprenden algunas en la universidad, pero hay que conocerlas en profundidad para poder ser competitivos e insertarse en el mercado laboral.

Establecerse como traductor-empresa

No alcanza con saber traducir y usar herramientas informáticas. También hay que vender los servicios, publicitarse, contactarse con clientes, facturar por los servicios. Los traductores son, en muchos casos, empresas unipersonales.

Especializarse

Como dice el refrán, “el que mucho abarca, poco aprieta”, y la traducción no es la excepción. Para ser buenos traductores, es necesario elegir un área de especialización y trabajar con esa temática. No todos pueden —ni quieren— traducir sobre mecánica, medicina o educación. Los traductores se especializan en las áreas que nos gustan y en las que podemos dar lo mejor de nosotros.

Además, hay que definir los servicios que se prestarán. Los traductores traducen, ¿verdad? Sí. Pero también pueden brindar muchos otros servicios como transcripción, subtitulado, transcreación, copywriting, edición, posedición de traducción automática, y muchos otros. Todos estos servicios están relacionados con los idiomas y la traducción, pero requieren especialización y estudio para definir qué servicios brindar y aprender a brindarlos correctamente.

Si se ofrecen traducciones públicas, por ejemplo, hay que matricularse en un colegio profesional. Si bien esto es opcional, los traductores públicos deben matricularse en un colegio profesional para poder realizar estas traducciones. Este proceso varía en cada país y provincia. Otra alternativa consiste en formar parte de asociaciones profesionales que avalen el trabajo del traductor.

Seguir estudiando

El aprendizaje de una lengua extranjera y de la lengua materna nunca termina. Además, los idiomas se adaptan a la realidad, los programas de traducción asistida se actualizan y el mundo cambia. Es imprescindible seguir estudiando, actualizándose y conocer qué está sucediendo en el mundo y con nuestros idiomas para ser lingüistas de excelencia y conocer el trabajo.

Conclusión

Traducir no es fácil. Convertirse en traductora y ser una profesional de excelencia, tampoco. Ser una buena profesional requiere muchos años de estudio y actualización constante. Quienes traducimos, disfrutamos los desafíos de estar en constante movimiento académico y tener que mantenernos actualizados. Por todo esto, solo un profesional de la traducción puede y debe traducir.